Comenzamos nuestra aventura francesa con un viaje muy largo pero que al final se nos hizo entretenido, tuvimos tiempo de sobra para hablar de nuestras cosas y ponernos al día escuchando música y riendo.

La llegada fue muy acogedora y todos esperábamos mucho este momento. Entre abrazos y sonrisas recogimos las maletas para empezar nuestra llegada a casa. Las familias son muy agradables y las casas, como impresión general, son enormes y bastante bonitas. Nos instalamos en nuestras habitaciones, cenamos, nos pusimos al día con nuestros correspondientes y nos preparamos para el fin de semana.

El sábado nos levantamos más o menos cuando quisimos y todos fuimos a comer a un restaurante. Nos llovió yendo para allá, pero el tiempo aquí es así, llueve, sale el sol… La comida estaba bastante buena pero se come menos que en España y también se come antes.

Después del restaurante dimos una vuelta por el centro en pequeños grupos. El centro no es muy diferente a lo que podría ser el centro de cualquier ciudad: tiendas, restaurantes, souvenirs, cafeterías, etc. Después de la visita al centro de Burdeos, nos preparamos para ver el partido y diversas fiestas de varios grupos de gente. La noche fue muy bien y finalmente ganó el Real Madrid.

Algunos el domingo se levantaron muy pronto para ir en autobús a la playa; otros, como daban por hecho que no iba a hacer buen tiempo, se quedaron en Burdeos en sus respectivas casas con amigos. Los que fueron a la playa, comieron allí, estuvieron haciendo fotos e incluso a pesar del mal tiempo algunos se bañaron. A la vuelta, todos estaban muy cansados y terminamos el día en casa.

 

Borja Vigaray