Feliz Día:

Espero  y deseo que podáis disfrutar de este bonito día de recuerdo y celebración, a pesar de la situación por la que atravesamos y que tanto nos ocupa. El Padre Chaminade también vivió en sus carnes algo parecido. En 1832 tuvo lugar la primera gran epidemia en Europa del siglo XIX. En París hubo 20.000 muertes.

Es curiosa una carta (nº 634) que escribe desde Agen, donde se halla refugiado tras la revolución de 1830, a Lalanne (director religioso), que está en Saint-Remy. Le dice que no adelante las vacaciones a los alumnos ya que, a pesar de la intensidad de la plaga, los colegios están funcionando bien. También le dice textualmente: “Espero que tenga la sabiduría para decidir lo mejor, lo bueno y lo conveniente. Es muy malo que los alumnos y profesores perciban y sufran nuestros errores”.

Creo que este tiempo de pandemia ha sido un tiempo de buscar juntos esa sabiduría para decidir lo más conveniente, desde la escucha, el diálogo, el trabajo en equipo y vuestro gran esfuerzo. Es un día para daros las gracias por todo ello, y dar gracias a Dios por permitir que sigamos adelante. Además del trabajo y el esfuerzo, hay una clave para ese “seguir adelante”.

El P. Chaminade escribe otra carta al superior de una comunidad de educadores (Lettres III, pp. 377-379) donde hace una serie de preguntas. Podemos pensar que nos las sigue haciendo también a nosotros. “¿Por qué no pone usted, querido hijo, toda su confianza en el Señor y en María? Si usted pide y no obtiene, ¿por qué no continúa pidiendo hasta que su oración sea escuchada? Y, mientras tanto, vaya haciendo todo lo que la oración le inspire…. ¿Dónde está nuestra fe, nuestra fe en Jesucristo?”.

El P. Chaminade nos invita a perseverar en la oración, a confiar en el Señor, de quien hemos recibido la misión y la fuerza para cumplirla, pase lo que pase, afirmando más adelante en esa misma carta: “Todos sois misioneros, cumplid vuestra misión”. Te invito a orar, allá donde estés y con quien estés. Quizá sea lo que más nos puede ayudar, sin dejar de re-planificar continuamente y de extremar las medidas higiénico-sanitarias a causa del virus.

Para acabar, más sabiduría de Chaminade: “Deben poner su confianza en la gracia de la misión, y también en la protección de la Santísima Virgen, porque está trabajando en la misma obra”. Me animan mucho estas palabras. María está con nosotros, en el colegio, en secretaría, en administración, en el despacho, en el patio, en el aula… “trabajando en la misma obra”. 

“SPES NOSTRA, SALVE”. María, esperanza nuestra. Siempre nos ha ayudado a vencer nuestras dificultades. “Ella lo hará otra vez”. 

M.A. Dieste