El pasado viernes, Paco Sales, en nombre del Comité de Dirección de la red de colegios, hizo entrega del Premio al Educador Marianista a Maripe Pedro Viejo que este año comparte premio con Chema Guerra, jefe de estudios y director de Amorós durante muchos años.
Para nosotros es un orgullo que Maripe reciba el premio, es un reconocimiento a su labor como educadora, al trabajo bien hecho y a seguir comprometida con el colegio, pese a que podía estar disfrutando de su ganada jubilación. Podríamos decir muchas cosas de ella, porque como educadora representa todo lo que debe ser un educador marianista. Comenzaremos diciendo que es antigua alumna de las religiosas marianistas, con ellas creció y tuvo las primeras referencias de G.J. Chaminade, de Adela y de la pedagogía marianista. Tras licenciarse en Pedagogía y en Psicología en 1982, Jorge Delkader, le propone incorporarse al colegio Santa Ana y San Rafael en donde desde hace 40 años ha encontrado el lugar donde animar y vivir el carisma y la misión marianista. Ha sido profesora, tutora, coordinadora, jefa de estudios, directora de infantil y primaria durante veinte años, miembro del equipo de pastoral y catequista. Ha puesto en marcha la etapa de educación infantil y ha impulsado infinidad de proyectos pedagógicos que hoy son realidad en el colegio, como el bilingüismo, aprender a pensar y el despertar religioso, entre otros. También es autora, de gran éxito, de libros de texto publicados por SM, editorial con la que ha colaborado muchos años y con la que tuvo oportunidad de visitar muchos centros educativos, conocer la forma de trabajar de cientos de educadores, investigar y trabajar en equipo. Ha aprendido con grandes referentes de la educación marianista, D. Vicente Hernando, D. Eliseo Pérez, D. Enrique Quintana, D. Carlos Díaz Chomón…
Podemos decir, que es una magnífica maestra que tiene a María como modelo de creyente, fuente de fe y ejemplo de vida para los seguidores de Jesús. Tiene una gran vocación educadora marianista y disfruta en clase enseñando a leer a los niños de primero de primaria, se preocupa por todos los alumnos y, muy especialmente, de los que presentan más dificultades. Precursora de la atención a la diversidad. Ha sido formadora de maestros y con gran capacidad de enseñar a hacer las cosas y de realizar el seguimiento del proceso de formación de los profesores. Tiene una gran capacidad para detectar talento y promocionarlo. Sabe delegar y confiar en las personas. Sabe formar equipos y repartir trabajo. Tiene mucho criterio pedagógico, una gran visión a medio y largo plazo y una gran capacidad de trabajo.
Sabe valorar su trabajo como algo importante, partiendo de la premisa de que la sociedad puede mejorar gracias a la educación y lo entiende como un servicio a la sociedad, a la iglesia y a la comunidad educativa a la que pertenece. Es una gran líder que estimula, anima, enseña, apoya, orienta, reconoce a las personas que trabajan con ella, las sigue y cuida en el trato personal. Pero sobre todo transmite alegría y optimismo. Entre otros valores, es una gran comunicadora y motivadora, gran gestora y organizadora. Tiene una gran capacidad ejecutiva, sabe tomar decisiones, consultar y ver otros puntos de vista, obtener información, escuchar y consensuar.
Ha sido miembro activo del equipo de dirección durante muchos años, colaboradora leal, siempre muy sincera y gran ayuda a la hora de tomar decisiones no siempre fáciles. Con grandes habilidades sociales y es una persona diplomática muy capaz de representar a la institución. Cuando ha tenido que desempeñar puestos directivos ha realizado una magnífica labor, teniendo muy claro el proyecto educativo, cuidando las contrataciones y su seguimiento, apoyando la formación permanente del profesorado y su formación como educadores marianistas, potenciando la innovación, cuidando el trato individual, reconociendo su trabajo, propiciando medios, tiempo, potenciando el trabajo en equipo, sabiendo delegar, enseñando y dando ejemplo. Ha cuidado mucho la relación con las familias, la comunicación directa y fácil, la preparación de las reuniones, entrevistas, circulares, atención especial a los padres nuevos, la atención y gestión de las quejas, disponibilidad, escucha, dar respuestas a los problemas y orientando a los padres. Ha dedicado tiempo y atención a la Junta de APA, a los padres delegados, a los colaboradores y a las catequistas, buscando padres que compartan el proyecto. Ha sido Patrona del Órgano Rectora de la Red de colegios marianistas durante cinco años.
Y por último, convencida de la necesidad de trabajar en Red ha promovido el trabajo conjunto con todos los colegios marianistas y ha aportado siempre su colaboración y participación en todas las iniciativas del Comité de Dirección. (Encuentros de formación de profesores noveles, La Pasión que se Renueva, comisiones que han redactado distintos documentos, reuniones de directivos…).
Para todos nosotros ha sido y es una suerte compartir la misión con ella y es un ejemplo para todos los que la conocemos y queremos.
¡Enhorabuena Maripe!